10 Cuentos Para Dormir Felices
Hoy os traemos una colección de 10 cuentos para dormir felices que os van a encantar, y sin duda vuestros hijos disfrutarán con ellas. Con estos Cuentos populares de África el lector podrá viajar por todo el continente negro (no identificado por sus fronteras políticas -fruto, como es sabido, de las avaricias territoriales de las potencias coloniales y ahora de las élites y oligarquías que gobiernan cada uno de ellos de los países-, sino más bien por los grupos étnicos que se extienden por geografías y paisajes muy, muy diferentes a lo largo y lo ancho del continente) y va a poder ir descubriendo historias que sorprenden, en primer lugar, por la sencillez estilística, -conseguida con un lenguaje depurado y sin accesorios-, en contraposición siempre y en todo momento a la profundidad temática de las narraciones.
— No me hiciste caso tampoco esta vez, pero te asistiere pues me das hiere, te llevare al castillo de oro, cuando llegue la media noche debes saltar sobre la princesa la que se dirige al baño a esa hora, debes besarle en la boca y decirle que deben partir, mas por mas que la princesa te lo solicite no permitas que se despida de sus progenitores — Recomiendo el zorro indicándole que se subiese a su lomo.
Es más, los cuentos populares, al mismo tiempo que entretienen al pequeño, le ayudan a entenderse mejor a sí mismo y contribuyen al desarrollo de su personalidad; claro está, cuando y siempre y en toda circunstancia se los conserve y cuente en su forma original, pues cualquier tipo de mutilación que sufran sus partes más violentas no hará otra cosa que quitarle relevancia al cuento y malograr su contenido literario que, como en toda obra de arte bien concebida, es de forma perfecta entendible para el pequeño.
De ahí ese título, Cuentos para dormir mejor; de ahí que sean veintiseis apólogos, lecciones frescas y sobre todo coherentes con la propuesta que encierran; de ahí que no sea una tesis sino un empeño ético el que los motiva; que ofrezcan historias protagonizadas por personajes puestos en situaciones imposibles, fabulosas ciertas, insólitas otras, mas todas rendidas a un código de valores que justifica que lo incomprensible no esté reñido con lo posible.
Con el transcurso del tiempo, los cuentos populares padecieron una serie de mutilaciones tanto en la forma como en el contenido, y muchas de las adaptaciones, lejos de progresar el valor ético y estético del cuento, tuvieron la intención de moralizar y censurar las partes crueles", arguyendo que la violencia era un hecho ajeno a la realidad del niño y algo indigno en la literatura infantil.
La iniciativa participativa, que narra cómo la deportación ha creado un profundo desgarro en la unidad y vida en familia, es obra de la maestra de educación secundaria Sophia Sobko, una inmigrante rusa que vivió en San Diego y San Francisco, y que fue testigo de la huella emocional que la inmigración indocumentada deja en estudiantes y niños hispanos de todo el país.
Obras de Alfredo Bosi: Pré-Modernismo (1966); História Concisa da Literatura Brasileira (1970); Conto Brasileño Contemporâneo (1975); A Palavra e a Vida (mil novecientos setenta y seis); Ser y también Tempo na Poesia (1977); Araripe Jr. — Teoria, Crítica e História (mil novecientos setenta y ocho); Reflexões sobre a Arte (1985); Cultura Brasileira, Temas y también Situações (mil novecientos ochenta y siete); Céu, Inferno: Ensaios de Crítica Literária e Ideológica (mil novecientos ochenta y ocho); Dialética da Colonização (1992); Misterio do Olhar (1999).
Incluso el día de hoy, cuando seguramente ningún niño de España ignora quién es Blancanieves Cenicienta; nuestros narradores de cuentos clasicos infantiles disney prosiguen llamando a esas heroínas como siempre y en toda circunstancia se han llamado en España (Mariquita, María y Estrellita de Oro Puerquecilla, respectivamente), sencillamente «la niña»; de igual forma que mantienen el hecho de que no es la madrastra de «Blancanieves» la que tiene envidia de ella y trata de eliminarla, sino más bien su madre.
En el orden de las pruebas inmediatas, debemos recordar de qué forma la religión cristiana, al igual que en todos y cada uno de los países, solo ha cambiado cosas muy superficiales en el cuento popular y, evidentemente, no ha podido contra la esencia de lo maravilloso, que es el objeto mágico, como símbolo -digámoslo ya- de apertura incondicional a lo ignoto, de total negación de las doctrinas y, en suma, de afirmación del planeta precisamente por el contraste con lo que no pertenece a él.